martes, 10 de mayo de 2011

¡Qué rico!

Hoy fue un lindo día.

Me gustó.

Se puede decir que yo comencé a festejar desde el domingo, sí, como si estuviera en EU. El día de ayer hubo convivio en la oficina, y en la tarde, en la escuela de Andrea. Y hoy me llevaron a comer y a pasear. Lo cierto es que desde hace días he comido muy rico y también recibí algunos obsequios (sin incluir el microondas que tuvo que ser remplazado porque se descompuso).

Lo más bonito de todo, fueron los cálidos y hermosos abrazos que me regalaron. También hubo varios mensajes de texto en el celular, en el msn, en facebook, llamadas telefónicas y correos electrónicos con buenos deseos por este día especial. Gracias por ellos.

Y lo mejor: celebré con mi familia, con MIS HIJOS.

Andrea y Santiago son esas dos hermosas personitas que me han dado el derecho de festejarme el 10 de mayo. Son las que todos los días dependen de mí para ser cuidadas y educadas, pero por sobre esto, son muy amadas.

Quienes somos madres tenemos una gran responsabilidad con la tarea de sacar adelante a los hijos, y aunque nadie nos enseña cómo, intentamos hacerlo de la mejor manera. Es verdad, a veces nos sentimos agobiadas, tristes, enojadas, frustradas porque sentimos que algo no estamos haciendo bien, pero debemos sobreponernos y hacer lo que creemos mejor por la familia.

Las mamás que trabajamos agradecemos a nuestros esposos el apoyo, ahora ellos deben involucrarse en muchas labores que los padres antes no hacían, pero nosotras siempre estaremos pendientes de todo. No es por falta de confianza, es nuestra naturaleza de intentar tener las cosas bajo control.

Es muy bonito ser mamá. Llevar un hijo en el vientre es una experiencia increíble; verlos alimentarse de mis pechos más de una vez provocó mis lágrimas: son tan indefensos, tan dependientes de ti cuando son bebés. Y que aún cuando crecen se acurruquen contigo en la cama da mucha ternura. Y están muchos otros detalles que podría mencionar.

Los amo.