domingo, 10 de enero de 2016


Inmortalizan en mural a los “Guardianes del tiempo”



Por: Aleyda Gutiérrez

“Guardianes del Tiempo” es el mural que quedó plasmado en la planta alta de Palacio de Gobierno, mismo que refleja trascendentales aconteceres de la historia de Sonora y de México, y fue realizado por el académico de la alma mater y pintor Fernando Saldaña Córdova y la artista plástica Ethel Cooke.

Los creadores fueron invitados a vestir 120 metros cuadrados de tres muros de este recinto del gobierno estatal, el cual pintaron durante cuatro meses; pero la idea, conceptualización y realización les llevó un periodo de un año y siete meses, explicaron.

Junto a esta magna obra, Fernando Saldaña resaltó en entrevista exclusiva que la idea original es de ellos dos, aunque recibieron propuestas sobre algunos elementos que podrían incluir. Dijo también que todo el trabajo fue en equipo, por eso el resultado es tan homogéneo y no se ve sectorizado en las paredes.

Como artista, comentó que realizar este proyecto representa una gran responsabilidad porque la idea del mural es narrar una historia, y lo hicieron a manera de una alegoría, plasmando alegría, amor y la vida, porque creen que dentro del Palacio es necesario algo como esto y, sobre todo, que la gente lo vea.

El pintor autodidacta y docente del Departamento de Arquitectura y Diseño de la Universidad de Sonora añadió que es una responsabilidad como trabajador de la alma mater, como maestro, por el hecho de que quede una garantía para el alumno de un académico que sabe, y poder compartir el trabajo con estudiantes de arte y egresados, quienes durante el proceso de trabajo algunos lo visitaron en el Palacio de Gobierno.

Los retos

Resaltó que después de más de 30 años de la realización del mural sobre la Historia de Sonora, de Enrique Estrada, Teresa Morán y Héctor Martínez Arteche, en el Palacio de Gobierno del Estado, llegan ellos y hacen otra propuesta, a manera de renovación y hablando con otra alegoría.

 “Quisimos plantear las bondades de Sonora, del estado, como la mujer que también representa la patria; también se reflejan las tradiciones, sus pueblos indígenas y la idea es que la gente, en especial las generaciones jóvenes, vengan y puedan ver lo que nosotros quisimos reflejar”, mencionó.

Indicó que el reto de este trabajo fue la dimensión, aunque él y Ethel Cooke ya han trabajado murales, pero en este caso deseaban dejar un registro completamente nuevo de la historia. Aunado al tiempo, agregó, por ello en vez de al fresco, lo trabajaron al mesofresco; y aún con las inclemencias del clima —por las elevadas temperaturas con las que tuvieron que trabajar— lograron su objetivo y concluyeron la obra en el lapso establecido: comenzaron el 17 de abril y terminaron el 17 de agosto.

Los artistas destacaron algunos elementos con los que cuenta el mural, pero aclararon que ninguno de ellos tiene que ver con la política, sino como algo universal, como el caballo, reflejo de un chamán, que representa el espíritu mexicano; así como la imagen de Luis Donaldo Colosio, que incluyeron no como el hombre sino como memoria de un hecho trascendental en México.

“Mucha de la gente que conoce mi trabajo sabe que yo pinto caballos, la intención era plasmar esa figura, como mi sello, pero también hablando del espíritu mexicano como ese espíritu que renace a pesar de la adversidad. Y que esté Colosio es para darnos cuenta de que en México tenemos que cambiar, y un hecho así nos hizo cambiar, nos hizo entender que había muchas cosas que pensamos que en el país no pasaban, pero esto nos recuerda que sí pasó, es una memoria”, destacó Saldaña.

La campana y el águila

Cooke mencionó que quisieron darle reconocimiento a aquellos que honraron con su participación histórica pero de manera anónima, los sin nombre, pero que son quienes representan la forma colectiva llamada pueblo, idiosincrasia; también, dijo, aparecen el hombre y la mujer comunes y corrientes, porque ellos hacen historia también.

Está, además, la campana que representa la independencia, la revolución y la celebración del bicentenario, y la resonancia que está en la gran cavidad de la campana como un llamado a la conciencia, resaltó la artista plástica nacida en El Paso, Texas, y residente en Sonora desde 1971.

“Pusimos el águila, una gran invitada, alrededor del mural, nombrando su origen como aquella promesa de imagen, e hicimos una semblanza pictórica de cómo el símbolo nacional empieza a hacer un coro silencioso, la plasmamos como el ave fénix que se levanta y vuelve a presentar su nombre, su conformación como suelo mexicano con orgullo y como reconocimiento en su honor”, reveló.

Durante la charla en el recinto del gobierno, Ethel Cooke comentó como anécdota que en una agenda iba apuntando comentarios que les hacían y le parecían muy simpáticos, los cuales retratan la idiosincrasia del sonorense.

Ambos lamentaron no poder atender más a la gente quería platicar con ellos, porque no era tan sencillo subir y bajar del andamio, pues la altura de la pared es de 5.50 metros, además de que tenían la limitante del tiempo para poder concluir.

“Tras un fin de semana, al regresar al trabajo el lunes en el andamio estaba hecho un nido. Y otra cosa curiosa que nos pasó es que por aquí cerca había un nido de colibrís, y pintamos unos nopales con flores y pitayas, y uno de los colibrís se acercó a querer pararse en una flor, eso nos enterneció”, contaron.

Deshidrataciones, accidentes con la pintura y la pérdida de amigos, fueron algunas cosas que les tocó vivir durante los meses de trabajo en el mural, pero declararon que también aprendieron a escuchar la voz del inmueble, la vibración de las chicharras y conocer la casa del palacio como otra fuente de energía.

Invitan a visitarlo

Poco antes de concluir, Cooke indicó que este mural es una evidencia del ahora, porque el maestro Saldaña y ella son personajes modernos que hablan a través de la filosofía de este momento.

“Pero este tránsito después va a hablarle a las generaciones que vienen y vamos a hablar de lo que éramos en ese  momento, dónde estaba nuestra conciencia y puedo decir que ha sido un gran honor darle voz en la pintura, en el color y en la forma, a lo que despertó o despertamos como seres humanos en esta generación”, apuntó.

La artista agregó que es gratificante haber trabajado en una de las 32 casas de gobierno que hay en la república, porque se trata de un patrimonio nacional, y dejan una evidencia de lo que somos todos ahora, porque Saldaña y ella son personajes modernos que hablan a través de todos, como personajes civiles y de la filosofía del 2015.

Por último, Fernando Saldaña invitó a la comunidad a visitar, ver, sentir, vivir y dialogar con el mural, porque, finalmente, es el espectador el que hace la obra, y cuando se hace ese diálogo es cuando realmente aparece lo que el artista quiere plasmar y la gente comienza a hacerse ciertos cuestionamientos.