sábado, 27 de noviembre de 2010

Cavalleria Rusticana

A las 7:05 de la tarde se dio la tercera llamada y dio inicio la ópera "Cavalleria Rusticana"; tras las primeras notas del piano y la voz del narrador comenzó el preludio de este drama en un acto que se presentó en la Universidad de Sonora, en el marco de los festejos del 68 aniversario de su fundación.

En esta obra clásica de Pietro Mascagni, el elenco principal estuvo conformado por Marybel Ferrales Nápoles (soprano) en el papel de Santuzza; Adrián Lozano (tenor) como Turiddu; Luis Manuel Castillo Pérez (barítono) interpretó el personaje de Alfio; Liliana Vázquez Salido (soprano) como Lola, y Diana Mayté Romero (mezzosoprano) fue Mamma Lucía.

Durante la velada del sábado 27 de noviembre, también destacaron en el escenario estudiantes de la Licenciatura en Música, académicos, egresados e integrantes del Coro Universitario, con el acompañamiento musical del pianista Héctor Acosta.

La presentación, que duró 1 hora con 10 minutos, tuvo como maestro concertador a Felizardo Andrade, la dirección de escena corrió a cargo de Miguel Alonso Gutiérrez y como productor ejecutivo fungió César Arturo Velásquez.

Con el edificio principal de la alma máter como marco, los asistentes pudieron disfrutar de las dos escenas de esta producción universitaria, las cuales pudieron ser fácilmente entendidas ya que todos recibieron al llegar un libreto con la traducción de cada una de las piezas y diálogos entonados.

La acción de "Cavalleria Rusticana" (Nobleza Rústica) se desarrolla en Sicilia en el día de Pascua, a finales del siglo XIX. El argumento relata que Turiddu amaba a Lola antes de hacerse soldado. Cuando regresó a casa ella se había casado con Alfio, y Turiddu, para sustituir ese amor, se entregó a los brazos de Santuzza pero su amor por Lola nunca se apagó. Esta situación genera un conflicto en las dos parejas que termina con un duelo a muerte.



Se hace una atenta invitación a los habitantes de Cajeme a que no se pierdan la presentación de esta ópera el próximo domingo 5 de diciembre, a las 18:00 horas, en el Yaquifórum del CUM.

martes, 23 de noviembre de 2010

Hoy conocí tu calle



Hoy conocí tu calle en el “Fraccionamiento de los poetas”, y sentí un orgullo que quizás no me corresponde, pero bueno, lo sentí quizás por el hecho de conocerte y ser compañeros, por el hecho de haber compartido contigo buenos y malos momentos.

Te he dicho muchas veces cuánto te admiro y te respeto, me siento afortunada de que nos hayas compartido tu talento de muchas maneras, y no sólo eso, también nos has escuchado y tendido la mano en varias ocasiones, no sólo en cuestiones de trabajo, también a nivel personal.

Me da mucho gusto que este reconocimiento te haya tocado, que puedas presumirlo y de alguna manera disfrutarlo.

Te comparto como anécdota que al ver que tomaba fotografías, una señora que vive en la calle que lleva tu nombre se acercó y me preguntó para qué eran, cuando le expliqué que te conocía y para qué las ocupaba, me preguntó por ti, por tu trayectoria. Quería saber cómo eras y le dije lo que sé y cómo te comportas con nosotros en el trabajo (la verdad omití tooooodos los detalles negativos, ja).

Gracias por los consejos

Por sacarnos de tantas dudas

Por el apoyo

Por las terapias

Por los dulces

Por la paciencia…y hasta por la impaciencia

Por ser ese ilustre y peculiar amigo


P.D. Espero que no crean que eres San Antonio...

viernes, 19 de noviembre de 2010

Hace años

Y hace seis años te había escrito esto, en mi otro blog.

Cumpleañera (click)

Nacimiento


—“¿Está segura que tiene dolores?” —preguntó el médico.

—“Sí”. Sólo atiné a contestarle.

De ahí me hizo la revisión de rutina y dijo:

— “Se queda, ya tiene más de seis centímetros de dilatación”.

Las horas pasaron y alrededor de las 8 de la noche ya tenía los diez centímetros necesarios para tenerte, pero no quisiste salir de manera natural, me avisaron entonces que me operarían, pero hasta el siguiente día a las 10 de la mañana. Fue una noche dura, pero valió la pena.

Al llegar el momento la cesárea no me asustaba, lo que quería es que tú llegaras bien y conocerte.

Las cosas no salieron como esperaba en muchos sentidos, uno de ellos, el más triste, es que no pude verte cuando naciste, ni siquiera te escuché llorar, sólo una leve tos alcanzó a salir de tu boca y de inmediato te sacaron de ahí. Al poco rato me dijeron que estabas bien, pero que te dejarían en observación en los cuneros.

4.2 kilos fue tu peso al nacer aquella mañana del 19 de noviembre de 1995. A mis 25 años se había hecho realidad mi sueño de algún día tener un hijo. Siempre me gustó estar cerca de mis sobrinos, ayudé a cuidar a varios de ellos, pero ahora estabas tú aquí y eras mía.

Tu abuelita y tu papi aguardaron toda la tarde y toda la noche en el hospital, hasta el siguiente día. Cuando me iban a subir a piso —tras unas horas en la sala de recuperación— vi a tu papá, y al decirle tu peso se sorprendió; había poco tiempo para contar detalles, pero él de manera tierna besó mi frente mientras me trasladaban en la camilla, y me dio una flor que cortó en un jardín cercano.

La primera en verte fue tu abuelita, a ella le pedí que me hablara sobre ti, me dijo que eras blanca, muy llenita, que te estabas lamiendo los labios porque te acababan de dar de comer. Al otro día temprano el doctor me dijo que podía levantarme, que me recomendaba darme un baño y luego ir a verte. Así lo hice.

Caminaba muy despacio rumbo a los cuneros, el suero viajaba conmigo, no iba ni a la mitad cuando me encontré a tu papi, venía muy sonriente; por su cara me di cuenta que ya te había visto y le reclamé:

“¿Por qué no me esperaste?”.

“¿Es que no sabía dónde estabas, pensé que estabas con ella?” —dijo.

“Vamos pues, ya quiero verla, ayúdame a llegar”.

Mi niña linda, no sabes la ternura y el amor que causaste en mí, destacabas en el cunero. Te movías sin cesar y al fin pude tenerte entre mis brazos, quiero decirte que aunque has cambiado en estos 15 años para mí sigues así, como la primera vez que te vi: preciosa.

En el hospital te amamanté y todavía me acuerdo de las sensaciones. Había visto a otras madres y me parecía algo sumamente normal y rutinario. Pero cuando se presenta la oportunidad de hacerlo, son esas cosas de la naturaleza que no te explicas del todo y te maravillan. Te das cuenta de que existen justo para que se dé esa conexión entre madre e hijo, una relación perfecta en ese momento.

En la distancia te confieso que estuvimos nerviosos, asustados por los contratiempos, afortunadamente todo marchó bien, saliste del hospital junto conmigo y sólo nos dieron algunas recomendaciones para tu cuidado. Después de ahí no hubo nada serio de qué preocuparse.

Ahora que eres una bella mujercita quiero reiterarte mi amor, te lo dicho muchas veces y de distintas maneras desde que eras chiquitita; te lo digo despierta, dormida, cuando estás, cuando no estás, cuando veo tus fotos y te hago cariños, cuando te extraño, en mis silencios, mis alegrías y mis enojos: Te quiero.

Muchas felicidades muñeca.

Tu mami.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Sobre el libro...


Acabo de concluir el libro “El amor en los tiempos del cólera”, una historia que podría rayar en lo inverosímil para algunos, pero yo no dudo que a alguien le haya pasado esto: amar casi toda su vida a una persona y lograr estar juntos en la última etapa de su existencia.

Pero no me gustó, he de confesar, el comportamiento de Juvenal Urbino con su amante Barbara Lynch, con quien tuvo una relación de cuatro meses. La infidelidad se da hasta a los hombres más devotos, como en este caso, y en matrimonios “estables”. Las causas son muy distintas: se enamoran nuevamente, crisis de la edad, son infelices, les falta más sexo, etc.

Tampoco me pareció apropiado el comportamiento de Florentino Ariza, que al parecer no dejaba cama sentida. Primero se mostró muy casto y después tuvo una lista interminable de amantes. Eso sí, decía amar a una sola mujer que no había sido suya y por la que suspiró por décadas. Pero la carne es débil, dirán algunos. O la justificación es que tenía que dejarse querer mientras le llegaba la hora de estar con Fermina Daza.

Una de sus últimas amantes fue casi una niña: América. A quien obviamente no le importó dejar en cuanto vio posibilidades de conquistar a la ahora viuda de sus sueños.

Los argumentos para dejar a alguien con quien ya no se quiere compartir un cariño, o la cama como en estos casos, son muy válidos, el problema de estos hombres —los personajes— es que fueron muy machitos para bajarse los pantalones, pero no los tuvieron bien puestos para hablar de frente con estas mujeres.

Juvenal decide, para bien, quedarse con la esposa, mantener un matrimonio de años y dejar atrás su romance fugaz. Pero nunca se acercó a despedirse, sólo mandó un regalo de consolación con su cochero. ¡Qué poca madre!

Y el otro, Florentino, decidió simplemente dejar de ver a su joven amante y alejarla con evasivas. Aquí también está muy justificada la ruptura tanto por la enorme diferencia de edades, incluso hasta por una situación de parentesco, en fin. El caso es que tampoco hubo explicaciones de frente. Más adelante la muchacha se suicida y él se entera mientras hace un viaje con el amor de su vida. ¿Se imaginan el remordimiento?

¿Por qué pasa esto? ¿Qué filosofía tienen algunos caballeros para tomar decisiones y asumir que todo está resuelto? ¿Para ellos la otra parte no cuenta?

Quizás no se acuerdan que también hay otra persona involucrada en la relación, con sentimientos hacia ellos. Creo que estas damas, por el tiempo dedicado a este amor se merecen que las vean de frente y les digan lo que piensan, lo que sienten o ya no sienten, que les expongan sus argumentos. Supongo que les dolerá, pero agradecerán el gesto de tener una despedida digna.

Ah por cierto, después de terminar el libro volví a ver la película. Y cosa curiosa, en la versión cinematográfica estilo Hollywood, Juvenal y Florentino sí hablan con estas mujeres. Ja.


domingo, 14 de noviembre de 2010

Suplementos culturales y lectura



Una tarde de sábado muuuuuy diferente la de ayer, con la casa invadida por poco más de veinte jóvenes revoltosos, con música rock “en vivo”, con muchos pendientitos que había que supervisar, afuera y adentro. Pero todo valió la pena al ver una sonrisa inmensa en la cara de ella, y que al final, después de despedir a sus últimos amigos, dijera que se la pasó “genial”.

Después de lo anterior, quiero comentar que esta semana me dio mucho gusto conocer a dos personas que luchan por hacer algo interesante en pro de los suplementos culturales y la lectura.

El jueves, José Luis Martínez ofreció una conferencia sobre prensa y cultura en el auditorio del Departamento de Psicología y Ciencias de la Comunicación de la Unison (donde por cierto hubo presentador de lujo: Joaquín), el invitado comenzó por citar una frase de Fernando Benítez que dice: “La cultura le puso casa al periodismo mexicano y ahora vive como arrimada…"

El director del suplemento cultural "Laberinto" y asesor de la Revista Milenio dio cifras alarmantes de las ediciones que ha visto desaparece en la ciudad de México y que ahora se reducen a tres.

Esto me recuerda el caso particular del periódico Cambio en Hermosillo, que antes de cerrar sus puertas fue adquirido por la Organización Editorial Mexicana (OEM) y una de las primeras estrategias de ahorro que implementó al adquirir este medio fue eliminar la “Revista Dominical”.

Por mucho tiempo fui editora de esta sección, que comenzó como su nombre lo indica como revista, tenía de todo, los temas eran muy variados, y también incluía la información cultural. No tardé en darme cuenta de la necesidad de espacio para este tipo de eventos y poco a poco la convertí en una sección meramente cultural.

Poco antes de desaparecer algunos protagonistas de este ambiente se enteraron de la posibilidad del cierre y enviaron correos en defensa de la sección y los argumentos necesarios para que no la eliminaran, agradezco esto, y aunque no fue directamente para mí el apoyo, sí lo fue para una sección que en la medida de mis posibilidades siempre traté de sacar adelante.

Pero sucedió. La sección cultural se convirtió en un breve espacio en “Espectáculos” y sólo tenían cabida las presentaciones o eventos “más sobresalientes”. Incluso se eliminó también una plaza y la editora de espectáculos pasé a ser yo, tarea que hacía a la par de los suplementos especiales.

¿Y cuántos suplementos culturales hay ahora en la ciudad?: ninguno, porque más adelante pasó lo mismo en El Imparcial y desapareció “Perfiles”, y Expreso tampoco tiene uno.

Por otro lado, también estuve en un homenaje que se realizó en honor de Miguelina Valdez Fontes, promotora cultural, quien ha puesto énfasis en el público infantil a través del programa “El son de los niños” que se transmite por Radio Universidad y donde ella es la productora.

Asimismo ha realizado diversas acciones por medio de la Red de Fomento a la Lectura y a través del programa similar que tiene la SEC en el estado.

Con voz baja y pausada Miguelina resaltó la noche del viernes que su trabajo siempre lo ha hecho por gusto, que es algo que disfruta. Para ella más que elevar las estadísticas que hablan de lo poco que se lee en Sonora lo que hay que hacer es incrementar el gusto por leer, hacer accesibles los libros a los niños.

En esta tarea hay gente involucrada —como ella—, algo se está haciendo, pero es muy poco aún. Miguelina no descansa en esta labor porque dice que: “Siempre habrá un lector en busca de un mediador y por ahí habrá un mediador buscando a quién leerle un cuento, alguien a quién acercar a la lectura”.

Con esto me despido…aún hay algunas cosas por limpiar de la reunión de anoche y la festejada aún sigue dormida.