domingo, 19 de diciembre de 2010

Algo de estos días...

De vacaciones, al fin. Aunque estos días serás quizás más ajetreados que los de la jornada laboral, porque hay muchos pendientes que sacar adelante, también hay mucha emoción por el motivo que los genera.

He de confesar que ha sido el fin de año al que más posadas he ido —aunque sean reuniones con unos cuantos amigos—, y otras tantas salidas que no tiene caso mencionar en específico, pero que sumadas son muchas para mí, para lo que acostumbro y eso es algo que me tiene muy sorprendida —pero no arrepentida, je, aunque ahorita me duela la cabeza por el desvelo.

Otra de las cosas distintas que hice es poner en la sala de mi casa un arbolito NATURAL, sencillo en la decoración, pero me encanta como huele y da ese ambiente que un hogar necesita para sentir que ya casi es Navidad. Después de tantos viajes a Navojoa, sobre todo a Obregón, creo que continuaremos la tradición de pasar en casa estos momentos familiares.

Indudablemente las fechas evocan recuerdos, olores y sabores. Me acabo de desayunar un tamal de carne y no se compara al que yo tengo en la mente, al que con tanta emoción deshojaba en mi casa porque ya sabía a qué sabía.

De todas las cosas que preparaba mi madre creo que los tamales eran su especialidad, convirtió en un ritual sagrado el momento de hacerlos. En la mesa estaba ordenado todo lo necesario para su elaboración: la masa, al punto, para que quedaran “esponjaditos”. El guisado cocinado un día antes para no andar a las carreras en la mañana. Las hojas, limpias y lo más “bonitas” que se pudiera. Y verduras en juliana para complementar (una papa, una zanahoria y una raja de chile. Ah y la aceituna infaltable).

“Los tamales deben ir amarrados”, decía mi madre, “conservan mejor el sabor”. Así que había que unirles las orillas con tiritas de hojas y cortarle los sobrantes para que no se vieran “feos”.

Extraño ese manjar, ese sabor único, ese olor que inundaba la cocina y toda mi casa en Obregón. Y también extraño los buñuelos…pero esa es ooooootra deliciosa historia.