Pero, hasta hace poco, era algo que veía un poco lejano en mí, a pesar de ser una inquietud constante. De repente surgen pretextos, pequeñas barreras que no sabemos que fácilmente se pueden saltar y no hacemos el intento.
Cuando pasaba por la cancha de la “Nacameri” siempre volteaba y sin querer me imaginaba ahí, en medio de todos esos cuerpos que se movían al compás de la música. Fue un gusto saber que en mi colonia se abría la oportunidad… así que me animé. No me integré desde el primer día, pero cuando al fin me decidí lo hice con ganas y con el firme propósito de hacer algo por mí.
Sabemos las ventajas de hacer ejercicio y si a esto le sumamos una sana alimentación y beber una cantidad suficiente de agua resulta la fórmula perfecta para que nuestro cuerpo esté sano. Pero hay que resaltar que para el ser humano no sólo es importante que el cuerpo funcione bien, también necesitamos alimentar la mente y el espíritu.
Creo que con el ambiente de algarabía que vivimos tarde a tarde en nuestra cancha, la que ya asumimos como nuestra quienes nos congregamos ahí, también alimentamos el espíritu. Quiero destacar que Karina, la instructora, es una mujer capaz en lo que hace y nos contagia su energía, nos motiva y hace que le encontremos gusto a bailar cada una de las canciones, sean del género que sea.
En la vida diaria nos enfrentamos a muchos retos, quienes somos profesionistas, esposas y madres queremos quedar bien en cada una de estas facetas, no siempre lo logramos, pero sí nos podemos jactar de que casi siempre lo intentamos… al menos en mi caso. Pero con lo anterior muchas veces nos vamos dejando de lado a nosotras mismas.
Hace poco mi hija me pidió entrar a un gimnasio, a ella la motiva el hecho de que celebrará pronto sus quince años y creo que fue la oportunidad perfecta para que se activara en mí ese chip interno de querer hacer ejercicio, pero no ahí, no con ella, yo elegí zumba, sobre todo porque ya había visto al grupo que se estaba integrando en mi colonia.
No niego que esto lo hago por mí, pero también con ello le mando un mensaje a ella de que es bueno estar activo físicamente, y que cada quien puede hacer ejercicio de la manera que se sienta más cómodo, pero hay que hacerlo.
De que lo hago por verme bien, eso tampoco no lo niego. Pero además he comprobado cómo trabajan los diferentes músculos de mi cuerpo con cada canción, que bien vale la pena cada gota de sudor porque sientes que es en beneficio no sólo de tu figura, sino de tu estado de ánimo, que el esfuerzo durante todos esos minutos seguidos te hace sentir cada vez mejor.
De enero a la fecha he bajado algunos kilos, y ahora zumba representa para mí no sólo el mantener el peso que he logrado, es hacer el ejercicio que mi cuerpo necesita de una manera divertida, amena, cerca de mi casa, a un bajísimo costo y hacerlo en grupo es una garantía de poner nuestro mayor esfuerzo.
En la vida hay cosas que no puedo cambiar, como el hecho de convivir o con personas con las que no comparto del todo sus ideas; hacer que los conductores de los otros autos sean más corteses, tampoco puedo cambiar el hecho de que mi hijo sea autista y en ocasiones sentirme impotente porque no puedo ayudarlo.
Lo que sí puedo hacer es algo por mí, para estar bien. Para querer y ayudar a los demás es importante primero quererme y ayudarme a mí misma. Sé que esto es un proceso, quizás no suceda de la noche a la mañana, pero yo sí me siento mejor.
Este ha sido un buen año…siento que estoy en camino de lograr cosas buenas…Todo mi esfuerzo va por: Joaquín, Andrea y Santiago, mis grandes amores…pero sobre todo, por mí.