domingo, 26 de junio de 2011

Mi sol

Después de la tempestad viene la calma.

No sé a veces qué demonios se desatan y te hacen sentir tan mal,

quisiera, pero no siempre comprendo qué pasa,

te transformas en ese animalito,

que aunque pequeño, es feroz y quiere atacar, clavar sus garras,

defenderse de algo que no sabe qué es, que no entiende.

Pero luego, en cuestión de minutos, incluso segundos,

tu cielo se despeja, vuelve a relucir tu sol, tu rostro se vuelve a iluminar.

Mi cachorrito hermoso, aún debo aprender

que contigo no hay días iguales, cada uno implica un nuevo reto.

Lo mejor es cuando me ves a los ojos y descubro tu cariño,

o cuando me regalas esa sonrisa que embellece aún más tu cara.

Cuando me dejas que te abrace, te acaricie o te bese

quisiera detener el tiempo, alargar esos momentos,

los momentos más tiernos...