Leí “Navegación al interior” este fin de semana.
Con este libro, el poeta Armando Zamora, su autor, ganó en 1999 el premio “Profr. Enrique Quijada Parra”, otorgado por el Ayuntamiento de Ures y la Universidad de Sonora.
Me gustó mucho, aunque más la primera parte, que de alguna manera ofrece esa esperanza de un mundo mejor para nosotros, para nuestras familias. Ese salir en la búsqueda de un lugar que podemos crear a nuestro modo, sencillo, simple, en una convivencia con la naturaleza que le dé nueva luz a nuestros días, y que de alguna manera me hizo recordar mi infancia, descalza por las calles del Oviáchic, en los caminos sin pavimentar de Buenavista, donde pasan junto a ti tanto los perros como los caballos y las gallinas, y donde hasta hace no muchos años bebíamos agua reposada en recipientes de barro.
Pero después hace el reflejo de la triste realidad, de la ciudad que habitamos y que puede ser cualquiera hoy en día. Por más que en ocasiones queramos cerrar los ojos ante esto, ahí está.
Muestra distintas situaciones de lo que podemos observar, de la decadencia en tantos sentidos, que ya que uno lo lee siente feo. Y lo mejor -dentro de todo este lamentable panorama- es que lo dice de una muy buena manera gracias al talento y al oficio.
Me gustaría vivir en esa ciudad imaginaria... por cierto ¡Feliz cumpleaños Arlyn!
