viernes, 21 de enero de 2011

Una noche muy especial


Andrea:

Hay mucho que pudiera decir esta noche. Sobre todo al verte tan hermosa y convertida en toda una mujercita.

Pero lo más importante y más simple que hay por decir es que te quiero mucho, que gracias a ti conocí la dicha de ser madre, pero también deseo decirte que gracias a ti y a Santiago estoy aún aprendiendo a ser mamá.

Sé que sientes muchas veces que ya no me necesitas porque ya puedes tomar decisiones tú sola, estás conociendo tus gustos y tus aficiones, pero quiero que sepas que siempre estoy ahí para ti: para darte ánimos, para consolarte, para educarte y hasta para reprenderte si es necesario.

Te queda mucho por vivir, muchas metas por lograr, muchos sueños que cumplir, te ofrezco mi apoyo incondicional, porque lo único que deseo es que seas feliz y quiero apoyarte para que lo logres.

Agradezco mucho a todos los que te acompañan esta noche en la celebración de tus quince años, sobre todo a quienes vienen de lejos. Sé que hay otros a quienes les hubiera gustado mucho estar aquí, pero por alguna circunstancia no pudieron hacerlo. En especial a tu abuelita Viola, quien de alguna manera está presente en este vestido morado que traigo para yo también recordarla.

Muchas felicidades mi niña preciosa, agradezco a Dios y a la vida por tenerte, ¡ah! Y también a tu papá, que supongo no le desagradó mucho el cooperar.