jueves, 7 de julio de 2011

Un cafecito...

Al fin pude saborear el café de Colima que recibí en mi cumpleaños (molido, fino, a la canela), que me regalaron el señor Rubio y su esposa Griselda. Lo cierto es que no tenía dónde prepararlo, y como en mi casa sólo yo tomo café, me compre esta cafetera pequeñita que es para cuatro tazas (en realidad salen dos de las que yo me tomo, jeje).
Así que los que quieran me pueden regalar café, ja.