Por lo pronto está un muchacho trabajando en la casa, que no me deja hacer pipi en mi baño, así que tuve que darme a la fuga a un lugar cercano. Espero que este trabajito acabe pronto y valgan la pena los inconvenientes.
Y medio somnolienta, estoy en la espera de ir a una de las chorrocientas mil visitas que he tenido en el Chávez con el dentista, (creo que ya se hizo mi amigo, ojalá me dé un descuento cuando lo vea por fuera). Pero ya me está pegando tanta mañaneada, porque hay que madrugarle para alcanzar ficha, al menos dos días me he distraído platicando con la Lin, quien por llegar tarde no alcanzó turno.
También tengo ñáñaras pensando qué le depara el destino a Andrea, mañana dan resultados del examen Ceneval y el lunes de la otra escuela; a ver qué pasa, porque con base en eso planearemos la nueva rutina familiar. ¡Suerte mi niña!
Ya me voy, debo preparar las entomatadas , porque más al rato voy de nuevo a sentarme en esa silla que se hace pa’tras, y abrir la boca para que sigan corrigiendo mi desastre dental, al que aún le falta arreglarle lo peor.