lunes, 15 de agosto de 2011

Ya decía yo....

En la mañana anduve medio somnolienta, pero no quise tomarme un "segundo café" en la oficina.

Y hoy que llegué a casa después del trabajo me fui directo al patio para quitar la ropa del tendedero porque comenzaba a llover, y después de un extreme makeover para estar cómoda: cero accesorios, short, playera manga corta y sandalias (todo esto en menos de dos minutos) fui a la cocina rápido porque Santi ya estaba sentadito esperando su comida.

Cuando me disponía a servir, me di cuenta de que mi café estaba ahí, se quedó servido en la mañana, estaba intacto, no le di ni un sorbo. Así andaría en mis prisas matutinas que olvidé que estaba ahí, y lo peor, es que durante la mañana pensé que me lo había tomado, como todos los días...pero no. Y tan desvelada que estaba...quizás por eso andaba más distraída que de costumbre.

Ya en el recuento, en realidad, lo único que me había tomado era mi delicioso licuado, pero no el café : (

¿Será que el alemán ya viene por mí?...