Esto de traer dos catéteres en el cuerpo tiene sus ventajas
y sus desventajas; las primeras, pues que ayudan al organismo a que haga lo que
por si solo no puede hacer, y lo malo es que limitan en algunas cosas.
Pero ayer fue uno de esos días buenos en los que no me
dieron tanta lata y me fui a “La Milla” a mover un poco mis músculos atrofiados
por la inactividad. Y no es por nada, pero estar donde hay mucha más gente
haciendo ejercicio te motiva, y caminé y caminé hasta donde pude; además, me di
el lujo de adentrarme entre el grupo de personas que junto al gimnasio estaban en
la clase de zumba, y bailé, una canción y media, pero bailé!!!
Extraño hacer ejercicio, extraño hacer todo lo que
libremente y sin reservas se puede hacer con el cuerpo cuando está bien, cuando
está sano y está completo; pero ya estamos en el proceso de resolver este
asunto, todo es, precisamente, por el bien del cuerpo.
Falta una cirugía, espero que la última de esta etapa, para
poder seguir en movimiento.