jueves, 19 de abril de 2012

No celebro que te hayas ido, sino el haberte tenido

Qué mejor manera hay para recordarte: con flores, si en tu jardín nunca faltaban; con una taza de café para comenzar un nuevo día, y después relajarse por la tarde; con una deliciosa comida, así sea la más sencilla del mundo, pero sazonada con mucho amor; con música, y, sobre todo, haciendo una buena obra o tener una atención con nuestros semejantes.

Fue lindo tenerte en mi vida, que tú fueras mi madre, gracias por todo doña Viola.