Por:
Aleyda Gutiérrez
“Guardianes
del Tiempo” es el mural que quedó plasmado en la planta alta de Palacio de
Gobierno, mismo que refleja trascendentales aconteceres de la historia de
Sonora y de México, y fue realizado por el académico de la alma mater y pintor Fernando
Saldaña Córdova y la artista plástica Ethel Cooke.
Los
creadores fueron invitados a vestir 120 metros cuadrados de tres muros de este
recinto del gobierno estatal, el cual pintaron durante cuatro meses; pero la
idea, conceptualización y realización les llevó un periodo de un año y siete
meses, explicaron.
Junto
a esta magna obra, Fernando Saldaña resaltó en entrevista exclusiva que la idea
original es de ellos dos, aunque recibieron propuestas sobre algunos elementos
que podrían incluir. Dijo también que todo el trabajo fue en equipo, por eso el
resultado es tan homogéneo y no se ve sectorizado en las paredes.
Como
artista, comentó que realizar este proyecto representa una gran responsabilidad
porque la idea del mural es narrar una historia, y lo hicieron a manera de una
alegoría, plasmando alegría, amor y la vida, porque creen que dentro del
Palacio es necesario algo como esto y, sobre todo, que la gente lo vea.
El
pintor autodidacta y docente del Departamento de Arquitectura y Diseño de la
Universidad de Sonora añadió que es una responsabilidad como trabajador de la alma
mater, como maestro, por el hecho de que quede una garantía para el alumno de
un académico que sabe, y poder compartir el trabajo con estudiantes de arte y
egresados, quienes durante el proceso de trabajo algunos lo visitaron en el
Palacio de Gobierno.
Los retos
Resaltó
que después de más de 30 años de la realización del mural sobre la Historia de
Sonora, de Enrique Estrada, Teresa Morán y Héctor Martínez Arteche, en el Palacio
de Gobierno del Estado, llegan ellos y hacen otra propuesta, a manera de
renovación y hablando con otra alegoría.
“Quisimos plantear las bondades de Sonora, del
estado, como la mujer que también representa la patria; también se reflejan las
tradiciones, sus pueblos indígenas y la idea es que la gente, en especial las
generaciones jóvenes, vengan y puedan ver lo que nosotros quisimos reflejar”,
mencionó.
Indicó
que el reto de este trabajo fue la dimensión, aunque él y Ethel Cooke ya han
trabajado murales, pero en este caso deseaban dejar un registro completamente
nuevo de la historia. Aunado al tiempo, agregó, por ello en vez de al fresco,
lo trabajaron al mesofresco; y aún con las inclemencias del clima —por las
elevadas temperaturas con las que tuvieron que trabajar— lograron su objetivo y
concluyeron la obra en el lapso establecido: comenzaron el 17 de abril y
terminaron el 17 de agosto.
Los
artistas destacaron algunos elementos con los que cuenta el mural, pero
aclararon que ninguno de ellos tiene que ver con la política, sino como algo
universal, como el caballo, reflejo de un chamán, que representa el espíritu
mexicano; así como la imagen de Luis Donaldo Colosio, que incluyeron no como el
hombre sino como memoria de un hecho trascendental en México.
“Mucha
de la gente que conoce mi trabajo sabe que yo pinto caballos, la intención era
plasmar esa figura, como mi sello, pero también hablando del espíritu mexicano
como ese espíritu que renace a pesar de la adversidad. Y que esté Colosio es
para darnos cuenta de que en México tenemos que cambiar, y un hecho así nos
hizo cambiar, nos hizo entender que había muchas cosas que pensamos que en el
país no pasaban, pero esto nos recuerda que sí pasó, es una memoria”, destacó
Saldaña.
La campana y el
águila
Cooke
mencionó que quisieron darle reconocimiento a aquellos que honraron con su
participación histórica pero de manera anónima, los sin nombre, pero que son
quienes representan la forma colectiva llamada pueblo, idiosincrasia; también,
dijo, aparecen el hombre y la mujer comunes y corrientes, porque ellos hacen
historia también.
Está,
además, la campana que representa la independencia, la revolución y la
celebración del bicentenario, y la resonancia que está en la gran cavidad de la
campana como un llamado a la conciencia, resaltó la artista plástica nacida en
El Paso, Texas, y residente en Sonora desde 1971.
“Pusimos
el águila, una gran invitada, alrededor del mural, nombrando su origen como
aquella promesa de imagen, e hicimos una semblanza pictórica de cómo el símbolo
nacional empieza a hacer un coro silencioso, la plasmamos como el ave fénix que
se levanta y vuelve a presentar su nombre, su conformación como suelo mexicano
con orgullo y como reconocimiento en su honor”, reveló.
Durante
la charla en el recinto del gobierno, Ethel Cooke comentó como anécdota que en
una agenda iba apuntando comentarios que les hacían y le parecían muy
simpáticos, los cuales retratan la idiosincrasia del sonorense.
Ambos
lamentaron no poder atender más a la gente quería platicar con ellos, porque no
era tan sencillo subir y bajar del andamio, pues la altura de la pared es de
5.50 metros, además de que tenían la limitante del tiempo para poder concluir.
“Tras
un fin de semana, al regresar al trabajo el lunes en el andamio estaba hecho un
nido. Y otra cosa curiosa que nos pasó es que por aquí cerca había un nido de
colibrís, y pintamos unos nopales con flores y pitayas, y uno de los colibrís
se acercó a querer pararse en una flor, eso nos enterneció”, contaron.
Deshidrataciones,
accidentes con la pintura y la pérdida de amigos, fueron algunas cosas que les
tocó vivir durante los meses de trabajo en el mural, pero declararon que
también aprendieron a escuchar la voz del inmueble, la vibración de las
chicharras y conocer la casa del palacio como otra fuente de energía.
Invitan a
visitarlo
Poco
antes de concluir, Cooke indicó que este mural es una evidencia del ahora,
porque el maestro Saldaña y ella son personajes modernos que hablan a través de
la filosofía de este momento.
“Pero
este tránsito después va a hablarle a las generaciones que vienen y vamos a
hablar de lo que éramos en ese momento,
dónde estaba nuestra conciencia y puedo decir que ha sido un gran honor darle
voz en la pintura, en el color y en la forma, a lo que despertó o despertamos
como seres humanos en esta generación”, apuntó.
La
artista agregó que es gratificante haber trabajado en una de las 32 casas de
gobierno que hay en la república, porque se trata de un patrimonio nacional, y
dejan una evidencia de lo que somos todos ahora, porque Saldaña y ella son
personajes modernos que hablan a través de todos, como personajes civiles y de
la filosofía del 2015.
Por
último, Fernando Saldaña invitó a la comunidad a visitar, ver, sentir, vivir y
dialogar con el mural, porque, finalmente, es el espectador el que hace la
obra, y cuando se hace ese diálogo es cuando realmente aparece lo que el
artista quiere plasmar y la gente comienza a hacerse ciertos cuestionamientos.